BIOGRAFIA DE MANUEL BEA:
Barcelona 1934 - Suiza 1997.
Bea comienza su aprendizaje en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Barcelona. En 1958, fija su residencia en Suiza, donde entra en contacto con los grupos postsurrealistas. Permanece en Zurich hasta 1962, fecha en la que Bea regresa a la ciudad condal, entrando a formar parte de la escena artística barcelonesa con una obra a medio camino entre el informalismo y la nueva figuración. En sus telas se entremezclan la herencia del movimiento bretoniano con un tratamiento matérico al modo de Fautrier y Dubuffet; no en vano se le relaciona en sus inicios con Dau al Set.
A partir de 1965, y durante la década de 1970, su estilo evoluciona hacia una mayor figuración, definida por la aparición de motivos surrealizantes que flotan en un espacio difuso. La obra de Max Ernst, artista a quien Bea admira desde la época en la que reside en Suiza, tiene una influencia decisiva en su trabajo. En 1979 Bea se traslada a la Costa Brava, donde, a partir de 1982, trabaja en obras tridimensionales con poliéster, materiales tecnológicos y objetos de deshecho, como sus Experiencias con metacrilato (1983). Todo ello sin abandonar nunca la vertiente gráfica, iniciada a los catorce años con su ingreso en un taller de ilustración, que se plasma en diversas carpetas de grabados y litografías.